HONG KONG – Estados Unidos y China han renovado un acuerdo de cooperación científica y tecnológica de décadas de antigüedad, dijeron el viernes funcionarios de los dos países, reduciendo su alcance y abordando preocupaciones de seguridad nacional adicionales.
El Acuerdo de Ciencia y Tecnología se firmó en 1979 y fue el primer acuerdo entre los dos países después de la normalización de las relaciones diplomáticas. Históricamente, se ha actualizado aproximadamente cada cinco años, pero los legisladores estadounidenses han expresado su preocupación al respecto en los últimos años a medida que China emerge como un rival tecnológico en crecimiento.
El contrato, que deberá renovarse en 2023, recibió dos prórrogas de seis meses antes de que expirara el 27 de agosto de este año, y su prórroga se ha estado negociando desde hace meses.
El Departamento de Estado dijo el viernes que el acuerdo “modernizado y fortalecido” se había extendido por cinco años. Dijo que el acuerdo protegería la propiedad intelectual, establecería nuevas barreras para proteger la seguridad de los investigadores y “promovería los intereses de Estados Unidos a través de reglas nuevas y fortalecidas sobre transparencia e intercambio de datos”.
El acuerdo cubre sólo la investigación básica y no apoya el desarrollo de tecnologías importantes y emergentes, dijo el departamento.
La administración Biden ha impuesto controles a las exportaciones de chips semiconductores avanzados y ha limitado la inversión china en otras áreas estratégicamente sensibles, como la inteligencia artificial y la computación cuántica, por temor a que dichas tecnologías puedan ayudar a la modernización militar de China.
La renovación del contrato también fue confirmada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China en un breve comunicado el viernes, que no proporcionó detalles.
Los defensores del acuerdo dicen que no renovarlo no sólo pondría en peligro la cooperación entre gobiernos en áreas críticas como el cambio climático y la atención médica, sino que también obstaculizaría la cooperación académica entre las dos economías más grandes del mundo.
Un programa de seguridad nacional de la era Trump destinado a combatir el robo de propiedad intelectual en universidades e instituciones de investigación ya ha enfriado la cooperación científica y tecnológica bajo la iniciativa de China. El programa, que impulsó a muchos investigadores chinos destacados a abandonar Estados Unidos, finalizó en 2022 tras una serie de demandas fallidas.
Los grupos de defensa asiático-estadounidenses dicen que los académicos de etnia china han sido blanco injusto del programa, y los legisladores de la Cámara están tratando de restablecerlo.