El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dijo el viernes que invitaría a Benjamín Netanyahu a visitar su país y garantizaría que la orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra el primer ministro israelí “no será ejecutada”.
Las palabras de Orbán difieren de las de varios líderes europeos que han prometido respetar el fallo del tribunal.
El primer ministro irlandés, Simon Harris, dijo el viernes que su país está preparado para arrestar al primer ministro de Israel si llega al país.
“Apoyamos a los tribunales internacionales y hacemos cumplir sus órdenes”, dijo Harris a la emisora nacional RTE cuando se le preguntó si Netanyahu sería arrestado si viniera a Irlanda por algún motivo.
Al hacerlo, Harris siguió a los Países Bajos, Suiza, Italia, España y Eslovenia, todos los cuales dijeron el jueves que cumplirían sus compromisos y obligaciones en virtud del Estatuto de Roma y el derecho internacional.
El jueves, la CPI emitió órdenes de arresto contra Netanyahu y su exjefe de defensa, Yoav Gallant, así como contra el comandante militar de Hamas, Mohammed Deif, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en el conflicto de Gaza.
Orban, cuyo país ocupa la presidencia de la UE durante seis meses, dijo a la radio estatal que la orden de arresto de la CPI era “incorrecta” y el líder israelí dijo que podía mantener conversaciones en Hungría “con suficiente seguridad”.
“Hoy invito al Primer Ministro de Israel, Sr. Netanyahu, a visitar Hungría y en esta oferta le aseguro que si viene, la decisión de la CPI no tendrá ningún efecto en Hungría y no seguiremos su contenido”. Dijo Orbán.
Desde que Orban y su partido nacionalista Fidesz llegaron al poder en 2010, él y Netanyahu han forjado una estrecha relación política. Netanyahu visitó Budapest en 2017.
Los líderes israelíes y la Casa Blanca condenaron enérgicamente la decisión de la CPI, mientras que el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo que las órdenes no eran políticas y que todos los estados miembros de la UE deberían respetar y cumplir la decisión del tribunal.
Dentro de la Unión Europea, Hungría y la República Checa apoyaron firmemente a Israel.
En respuesta a la decisión de la CPI, el Ministerio checo de Asuntos Exteriores afirmó que Praga respeta sus obligaciones jurídicas internacionales.
Sin embargo, el Primer Ministro checo, Petr Fiala, calificó la decisión de la CIJ de “desafortunada” y afirmó el jueves por la noche en X: “(Esta medida) daña la reputación de un Estado democrático en otros casos en los que equipara a los representantes electos con los líderes del grupo terrorista islámico organización.”