Días después de que Ford recibiera una multa civil de 165 millones de dólares, la segunda más grande en la historia del automóvil en Estados Unidos, los reguladores federales iniciaron dos nuevas investigaciones sobre retiros de vehículos para los cuales el fabricante de automóviles tal vez no haya manejado o cubierto suficientes vehículos.
¿Cuál es la primera sonda?
La investigación más extensa se centra en aproximadamente 457,000 vehículos, incluidos los SUV Ford Bronco Sport (años modelo 2021-2024) y camionetas Maverick (años modelo 2022-2023).
Estos vehículos fueron retirados del mercado en abril debido al riesgo de pérdida repentina de energía debido a baterías de 12 voltios dañadas.
A pesar de las acciones correctivas de Ford, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) recibió cinco quejas de propietarios que aún se quedaron sin energía después de las reparaciones, según un documento publicado por la agencia el lunes. Actualmente, la agencia está evaluando si el retiro aborda adecuadamente el defecto.
¿Cuál es la segunda sonda?
Una investigación separada cubre alrededor de 113,000 Ford Expeditions 2019-2020. A principios de este año, Ford retiró del mercado 78.000 unidades de este SUV tras descubrirse un fallo en el mecanismo del cinturón de seguridad. Según la compañía, algunos cinturones de seguridad del conductor y del pasajero delantero pueden apretarse repentinamente, atrapando a los ocupantes sin motivo aparente.
Sin embargo, la NHTSA informa al menos tres quejas de propietarios de vehículos no incluidos en el retiro original, lo que llevó a la agencia a investigar si el alcance del retiro es suficiente.
Ford prometió plena cooperación en ambas investigaciones.
Reversión regulatoria
Las investigaciones se producen después de que la NHTSA anunciara el jueves pasado que Ford pagaría 165 millones de dólares en un retiro separado relacionado con cámaras retrovisoras defectuosas.
Según la NHTSA, el fabricante de automóviles tardó demasiado en retirar vehículos con cámaras retrovisoras defectuosas y no proporcionó información completa sobre la retirada, violando la Ley Federal de Seguridad de Vehículos Motorizados. La sanción pone de relieve el mayor escrutinio que enfrentan los fabricantes de automóviles en medio de crecientes preocupaciones sobre la seguridad del consumidor.
Hay mucho en juego para Ford porque los resultados de estas investigaciones podrían conducir a mayores retiros del mercado o sanciones adicionales.
Mientras tanto, la NHTSA continuó advirtiendo a los consumidores sobre el retiro del mercado por motivos de seguridad.
En agosto, Ford y Mazda emitieron una advertencia de “no conducir” a más de 457.000 propietarios de vehículos más antiguos en todo Estados Unidos debido a una grave amenaza a la seguridad provocada por infladores de bolsas de aire Takata defectuosos.
Según la NHTSA, el retiro se aplica a todos los vehículos Ford, Lincoln y Mercury no reparados, así como a todos los vehículos Mazda equipados con bolsas de aire Takata no reparadas. Los avisos cubren más de 374.000 vehículos Ford de 2004 a 2014 y casi 83.000 vehículos Mazda de 2003 a 2015.
La NHTSA ha advertido constantemente que estos infladores de bolsas de aire defectuosos pueden explotar con fuerza excesiva en un choque y enviar metralla al interior del vehículo.
Según la NHTSA, los incidentes relacionados con las bolsas de aire Takata ya han provocado lesiones graves y muertes, con 27 muertes sólo en Estados Unidos.
Este artículo contiene información de Associated Press.