Glencore opera 15 minas de carbón en Nueva Gales del Sur y Queensland, lo que la convierte en el mayor productor de carbón de Australia. Abastece a centrales eléctricas de carbón y a la industria siderúrgica mundial. También extrae cobre, plomo, zinc, níquel y cobalto.
Cargando
Rio Tinto se deshizo de sus últimas minas de carbón hace siete años, lo que la convierte en la mayor minera diversificada que se deshace por completo de los combustibles fósiles. Su objetivo es reducir a la mitad su huella de carbono directa para 2030 y alcanzar el “cero neto” para 2050, eliminando la mayor cantidad posible de dióxido de carbono de la atmósfera.
Otras mineras, incluido el gigante minero australiano BHP, también han abandonado o anunciado cierres de sus activos de carbón, mientras que muchos prestamistas, aseguradoras y accionistas, preocupados por la demanda futura y el calentamiento global, se han comprometido a no realizar nuevas inversiones en el sector debido a las preocupaciones. .
Los analistas de CreditSights también cuestionaron si el partido entre Rio Tinto y Glencore encajaba bien. Dijeron que Rio Tinto era visto como conservador con un enfoque en la sostenibilidad, mientras que Glencore era conocido por un enfoque más agresivo en sus operaciones y “ir más allá”.
“Nunca digas nunca, pero una potencial megafusión plantea interrogantes sobre la alineación estratégica y la cultura corporativa”, dijeron los analistas.
La falta de interés de Rio Tinto en el carbón indicaba que cualquier fusión requeriría una “estructuración cuidadosa para evitar una interdependencia no deseada de las acciones”.
El boletín Business Briefing proporciona eventos clave, cobertura exclusiva y opiniones de expertos. Regístrate para recibirlo todas las mañanas.