Reseña de ‘Night Call’: el brutal thriller belga ‘Survival in the Night’ golpea con más fuerza a medida que se cortan los comentarios sociales

En su primer largometraje, el cineasta belga Michel Blanchard toma una película de acción sencilla pero familiar y le da su merecido añadiendo comentarios sociales relevantes. En The Night Call, Mady (Jonathan Feltre), un joven fontanero, pasa una velada intensa y agitada en Bruselas. Se enreda con personajes despreciables, hace amistades conmovedoras y trabaja contrarreloj para salvarse. Blanchart ha demostrado que es capaz de dar diferentes matices a todo su conjunto, cambiar la fidelidad del público y hacer de su película algo más que el habitual actor brutal.

Madi es llamada por una mujer misteriosa pero amable, Claire (Natacha Krief), para abrir su apartamento después de perder sus llaves. Después de coquetear con ella, ella deja que él la engañe, roba una bolsa de plástico grande y huye. De repente se encuentra solo en el apartamento de un extraño que parece un ladrón. Hay mucho dinero en la bolsa, el extraño es un gángster violento y Mady pronto huye con un montón de tipos malos persiguiéndolo. Los principales mafiosos que lo persiguen son el temible Yannick (Romain Duris) y su duro pero sensible ejecutor Theo (Jonas Bloquet).

Mady es un tipo ingenioso e inteligente. Usando sus inteligentes habilidades, hace que sus oponentes crean en su inocencia. Su habilidad de cerrajero resulta útil algunas veces, lo que le permite mantener a raya a los malos por un tiempo. Pero pronto, empiezan a matar gente y la persecución del gato y el ratón tiene consecuencias peligrosas y devastadoras para Mady. Todo esto ocurre en una noche en la que se produjeron protestas masivas en Bruselas contra el asesinato policial de un hombre negro.

Al principio, estos programas están al margen de la película, más como ruido de fondo que como parte integral de la trama. Poco a poco, se convierten en la fuerza impulsora de la historia, dando a “Night Call” un significativo ascenso social. Mady solo se une cuando le apetece, pensando que estar entre la multitud la ayudará a escapar. Sin embargo, cuando comienza a comprender la verdadera naturaleza de lo que está haciendo, los paralelos con lo que está sucediendo en la ciudad se vuelven claros.

Además de adaptarse a las cuestiones sociales, Blanchart demuestra ser un experto en la creación de películas cinéticas. “Night Call” pasa fácilmente de una pieza a otra. Como señaló en sus notas de prensa, Blanchart estaba claramente influenciado por thrillers estadounidenses como Collateral y Training Day. Incluso hay un homenaje directo al primero, con una escena de persecución dentro de un estridente club nocturno. Sin embargo, este es un homenaje inteligente y no sólo un copia y pega de los triunfos del género. Blanchart tiene buen ojo y talento. Además, el trabajo de cámara de Silvestre Vannoorenberghe mantiene la acción tensa, capturando los matices de muchas de las actuaciones.

Con su presencia intimidante, Duris lo convierte en un villano formidable. Bloquet matiza a su personaje con una compasión igualmente tierna, recordando el papel de su compatriota Mathias Schoenaerts en Rust and Bone. Pero la actuación central de Feltre mantiene unida la película. Tiene los ojos muy abiertos y el rostro lleno de miedo: este acto de supervivencia impulsa la película a través de muchos giros en la trama. Es creíble como el hombre que comete el crimen, pero también como el hombre que tararea La Nuit N’en Finit Plus de Petula Clark, donde trabaja.

Para los espectadores que buscan una aventura entretenida, Night Call cumple su promesa. Pero también sirve como introducción para un escritor y director que conoce el género y está dispuesto a darle un giro contemporáneo lleno de temas de actualidad. Cubriendo este lienzo más amplio, Night Call se revela como la desgarradora odisea de un hombre. Al ofrecer a los espectadores temas de la vida real para analizar, se distingue del programa habitual de programación.

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