Al declarar, los trabajadores dijeron que su relación se había deteriorado mientras luchaban por pagar sus hipotecas, no podían tomar vacaciones y no recibían vacaciones ni beneficios anuales.
Cuando Zhang expresó sus preocupaciones a un inspector de Trabajo Justo, Gu amenazó con despedirla por cooperar con el regulador. Luego mintió a los inspectores acerca de ser el propietario de la tienda de Canberra y ordenó su cierre para que Fair Work no pudiera hablar con el personal.
El comportamiento de Gu y Yang se vio agravado por su violación de las leyes laborales a pesar de años de advertencias de Fair Work.
En su sentencia, la jueza Anna Katzmann dijo que Blue Sky no había arrepentimiento y que había tomado medidas correctivas mínimas. Ni Gu ni Yang asistieron a las audiencias.
“Las violaciones de los demandados fueron muchas y variadas. Su naturaleza se desprende de las declaraciones. Ocurrieron durante varios años. Todos fueron deliberados y todos serios”, dijo.
“Además, las violaciones se produjeron en circunstancias en las que los demandados conocían o ignoraban deliberadamente sus obligaciones legales”.
En 2021, después de que Fair Work iniciara una demanda contra la empresa, Kristen Ball, otra dependienta, se quejó ante Fair Work de que Blue Sky no pagaba la tarifa mínima por hora, las multas ni las vacaciones anuales.
“Esta evidencia muestra que incluso con este proceso en marcha, el señor Gu y Fei Yang continuaron pagando menos a los empleados”, dijo Katzmann.
La empresa de Gu y Yang, Blue Sky Kids Land Pty Ltd, fue disuelta, lo que dificultó al regulador cobrar una multa de 4,2 millones de dólares. Pero Starrays Tex Pty Ltd continúa comercializando con su nuevo negocio, Gu and Yang, bajo la marca Blue Sky Kids Land. Tampoco el director de Starrays.
Blue Sky se puso en contacto con Gu, de 63 años, también conocido como Nathan Gu, y Yang, de 61 años, también conocido como Fai Yang, para solicitar comentarios.
Katzmann multó personalmente a Goo con 760.000 dólares y a Yang con 43.000 dólares por su papel en el negocio.
“Ambos son directores de la empresa y han desempeñado un papel activo en su gestión y operaciones, y Fei Yang es tan culpable como su marido de los delitos cometidos por ambos”, afirmó.
Katzmann dijo que las multas “envían una fuerte señal a la sociedad de que este tipo de comportamiento no es un modelo aceptable para hacer negocios”.