Los guerreros que envejecen a menudo hablan de “ruido mental”, una charla interna que obstaculiza su juicio. Ese ruido conduce a una mala selección de tiros, malos tiros y la frustración de saber que son capaces de hacer más pero no pueden marcarlo.
Quizás el mayor enemigo de la masa envejecida sea la fatiga, tanto física como mental. A lo largo de los años, los juegos de alto nivel suponen una gran carga para la corteza prefrontal del cerebro, que es responsable de la concentración y la toma de decisiones. Este desgaste cognitivo se manifiesta como fatiga de atención, lo que dificulta bloquear las distracciones y mantener la concentración necesaria para tener éxito.
El costo emocional es igualmente agotador. Cargar con el peso de las expectativas de los aficionados, los compañeros de equipo o de uno mismo puede provocar agotamiento emocional. El maestro de la fortaleza mental, Steve Waugh, admitió una vez que hacia el final de su carrera, la fuerza mental necesaria para disfrutar del juego es mayor.
La duda es un enemigo peligroso para cualquier deportista. Para los bateadores, esto es especialmente complicado. Los mejores jugadores se basan en el instinto, pero en caso de duda, esto les obliga a repensar su enfoque. Como señaló una vez Harsha Bhogle, muchas grandes personas temen el fracaso en sus carreras y prefieren la seguridad a la agresión.
Kohli ha reconocido esta lucha interna en entrevistas. Su instinto es atacar, pero a menudo lo relaja en favor de la precaución, especialmente cuando construye sus entradas. Esta ambivalencia, aunque comprensible, es el epítome del EPDS, un síndrome en el que el deseo de evitar errores eclipsa el instinto de dominar.
La edad afecta no sólo a la mente; también daña el cuerpo. Los reflejos se ralentizan, la coordinación ojo-mano se debilita y la capacidad de atrapar la pelota temprano se debilita. Creo que el síndrome es más mental que físico. Para los jugadores de bolos que superan los 140 km/h, incluso el más mínimo retraso puede ser fatal.
Además, los niveles de dopamina, un factor clave en la motivación y la asunción de riesgos, disminuyen naturalmente con la edad. Como resultado, los atletas dependen más del pensamiento consciente, lo que ralentiza el tiempo de reacción y genera dudas. Esta disminución puede explicar por qué los jugadores mayores a menudo adoptan una mentalidad de “primero la supervivencia”, esperando hasta sentirse cómodos antes de tomar riesgos.
A pesar de estos desafíos, muchos bateadores de edad avanzada encuentran formas de adaptarse. Una vez que superan los obstáculos iniciales de las entradas, a menudo redescubren su ritmo. Llegar a los 20 o 30 es un punto de inflexión psicológico que les ayuda a recuperar la confianza y la fluidez.
Este patrón es tan evidente en las actuaciones recientes de Kohli como lo fue en los años del ocaso de Tendulkar y Sunil Gavaskar. Una vez establecidos, aún podrían producir entradas que le recordaran al mundo por qué son considerados los grandes de todos los tiempos.
Para los jugadores de países obsesionados con el cricket, como India y Australia, la presión a la baja se ve agravada por el peso de las expectativas del público. Cada fracaso es analizado, cada gota es analizada por fanáticos y expertos. Gavaskar expresó muy bien este sentimiento cuando dijo: “Lo más difícil de jugar la pelota no es el lanzador. Es el silencio en tu cabeza, cuando sabes que no eres tú mismo.”
Esta lucha emocional (reconciliar la grandeza pasada con las limitaciones presentes) puede ser el aspecto más conmovedor de la EPDS.
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La única cura que conozco es recuperar la mentalidad de la juventud. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero funciona. La confianza es un sentimiento, así que si puedes recrearla, no hay razón por la que no puedas reinventarte.
Comprender la EPDS es esencial no sólo para el cricket sino para todos los campos donde se requiere excelencia durante un largo período de tiempo. Para los deportistas, aceptar un descenso no es darse por vencido; se trata de encontrar nuevas formas de contribuir, adaptarse a realidades cambiantes y dejar el juego en sus propios términos.
Como aficionados, debemos felicitar a estos jugadores no sólo por sus mejores actuaciones, sino también por su resistencia ante el declive. En lugar de criticar sus luchas, deberíamos honrar su viaje y las lecciones que enseñan sobre el espíritu humano.
En el último Test Match en el SCG encontré la paz cuando decidí irme. Con la concentración mental de mi juventud, tuve un comienzo difícil y terminé con un siglo, lo que parecía un final apropiado para mi carrera. Fue una prueba de que, si bien el tiempo puede disminuir nuestras facultades, no puede destruir los hábitos de perfección inculcados a lo largo de la vida.
Al reflexionar sobre las carreras de los grandes de hoy como Kohli, Joe Root y Steve Smith, veo la misma lucha: la misma lucha entre instinto y adaptación, confianza y precaución. Es un recordatorio de que la grandeza no se trata sólo del máximo rendimiento; se trata del coraje para prosperar, perseverar y terminar bien.
Lo descubrirán cuando llegue el momento.
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