Mientras los bomberos continúan luchando contra los incendios que han devastado vecindarios enteros en Los Ángeles, se espera que los vientos aumenten el miércoles por la noche, lo que complicará aún más los esfuerzos.
Los fuertes vientos y el clima seco se combinan con un peligro extremo de incendio en la región, dijeron funcionarios en una conferencia de prensa el domingo.
A advertencia de bandera roja El domingo, cuando ráfagas de viento del noreste de más de 50 mph se apoderaron del área, dijo la jefa de bomberos de Los Ángeles, Christine Crowley. La advertencia permanecerá vigente hasta las 6:00 p.m. hora local del miércoles, ya que se espera que los fuertes vientos de Santa Ana se intensifiquen en los próximos días.
El fenómeno meteorológico natural estuvo especialmente extendido este año, alcanzando en ocasiones la fuerza de un huracán.
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Esos vientos, combinados con la baja humedad y la vegetación muy seca, “mantienen muy alto el peligro de incendio en el condado de Los Ángeles”, según el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Maroney.
Si bien la amenaza debería durar hasta el miércoles, se espera que Los Ángeles experimente los vientos más fuertes el martes, advirtieron Crowley y Maroney.
“Es realmente importante que la comunidad comprenda que estos eventos de viento se avecinan”, dijo Crowley.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, quien ha sido criticada por la preparación de la ciudad antes del incendio, aseguró a los angelinos que la ciudad está lista para resistir los fuertes vientos con el apoyo de todos los bomberos disponibles de Los Ángeles.
Se espera que el pronóstico de viento del estado se mantenga relativamente sin cambios durante los próximos cuatro días.
El domingo ya se han reportado vientos de más de 60 millas por hora en zonas montañosas. En estas áreas son posibles ráfagas de 25 a 40 mph en los próximos días, con ráfagas de hasta 70 mph.
A lo largo de la costa, los vientos serán de 20 a 30 mph, con ráfagas de hasta 55 mph.
Se esperan ráfagas de viento de 10 a 20 mph en el centro de Los Ángeles, con ráfagas de hasta 30 mph.
Los fuertes vientos permiten que el fuego se propague rápidamente, las brasas propagan las llamas en nuevas zonas, lo que dificulta especialmente la extinción del fuego.