Los devastadores incendios forestales alimentados por una sequía prolongada y los brutales vientos de Santa Ana han reducido a cenizas barrios enteros de Los Ángeles y han quemado un área más grande que Disney World.
Las autoridades están luchando por contener los incendios de Palisades entre Santa Mónica y Malibú y el incendio de Eton cerca de Pasedena, pero las condiciones cambiantes del viento han ayudado a impulsar el incendio en Hollywood Hills.
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Hasta ahora, se han quemado unas 11.331 hectáreas de tierra y se ha ordenado a unas 180.000 personas que evacuen sus hogares en toda la ciudad.
El sheriff de Los Ángeles, Robert Luna, dijo que al menos cinco personas murieron y que se esperaba que la cifra aumentara, y que algunas áreas de la devastación “parecían como si les hubieran lanzado una bomba”.
Las imágenes de satélite del antes y el después capturaron la escala y el impacto de los incendios, descritos por la jefa de bomberos Christine Crowley como uno de los “desastres naturales más mortíferos en la historia de Los Ángeles”.
