(Bloomberg) — El riesgo de gobernanza de Malasia ha aumentado y seguirá siendo elevado en los próximos trimestres mientras el primer ministro Anwar Ibrahim lucha contra las tensiones políticas, según BMI de Fitch Solutions.
Según BMI, los signos de discordia entre los partidos políticos que componen la coalición gobernante podrían frenar el ritmo de la agenda de reformas de Anwar. La firma de investigación citó la tensión por la deserción del Ministro de Comercio, Zafrul Aziz, de la Organización Nacional Unida de Malasia al propio partido del primer ministro.
La puntuación de riesgo de gobernanza de Malasia en el índice de riesgo político de BMI aumentó a 28,2 este mes desde 27,5 hace un año, dijo la compañía en un informe el miércoles.
Cualquier medida de Zafrul podría provocar resentimiento entre la UMNO y el Partido de la Justicia Popular, que ha dejado de lado una contienda de años para formar un gobierno en 2022 después de un parlamento sin consenso. Zafrul es miembro del Consejo Supremo de la UMNO, el máximo órgano de toma de decisiones del partido, y la noticia de sus planes generó críticas de su propio partido.
La alianza ha brindado a Malasia un respiro muy necesario después de una puerta giratoria de líderes, permitiendo a la nación del Sudeste Asiático dirigir sus planes de desarrollo económico y atraer inversores globales. Cualquier malestar podría llevar al país a una nueva fase de inestabilidad política.
El gobierno de Anwar probablemente también tendrá dificultades para promulgar amplias reformas anticorrupción, dijo BMI, añadiendo que tales esfuerzos han sido limitados hasta ahora. El reciente nombramiento del Viceprimer Ministro y Presidente de la UMNO, Ahmad Zahid Hamidi, puede generar dudas sobre el compromiso de Anwar en la lucha contra la corrupción, añadió.
Zahid obtuvo una nueva victoria legal en diciembre cuando la fiscalía retiró sus objeciones a su absolución. Se produce un mes después de que la Corte Suprema de Malasia desestimara un caso del 1MDB contra el ex primer ministro Najib Razak, quien sigue siendo influyente en la UMNO a pesar de estar tras las rejas.
Las persistentes preocupaciones sobre el coste de la vida serán otro golpe para el gobierno de Anwar, según BMI. Malasia planea recortar los subsidios a su gasolina más barata y popular a mediados de este año, liberando 8.000 millones de ringgit (1.800 millones de dólares) al año para el gobierno. BMI dijo que espera más indignación pública por la medida, a pesar de que dichas reformas son positivas para la economía.
El segundo ministro de Finanzas, Amir Hamza Azizan, dijo a Haslinda Amin de Bloomberg Television el miércoles que el gobierno espera que el impacto inflacionario de la reforma de los subsidios sea manejable a medida que se toman medidas para redistribuir los ahorros a quienes los necesitan.
“Si se brinda apoyo en términos de transferencias de efectivo, si se brindan precios de dos niveles, si se brindan intervenciones en este sentido, podemos gestionar las consecuencias”, dijo. “Elementos inflacionarios incluidos”.
Otras historias similares están disponibles en el sitio. www.bloomberg.com