¿Qué motivó a los neonazis alemanes? Esta novela magistral busca respuestas

NietoOtra historia de Kaspar. Después de que una tragedia en casa lo lleva a buscar la verdad sobre el pasado de su esposa Birgit, se propone encontrar a la hija que abandonó antes de conocerse. Se entera de que para Birgit, “una niña de Alemania del Este”, la vida ha sido una huida y que eso le ha pesado.

Para él, sin embargo, se trata de una búsqueda que le lleva desde su hogar en el moderno Berlín hasta los pueblos alemanes de Litsow y Lohmen. Allí, a mitad de la novela, conoce a la nieta del mismo nombre, Sigrun, y se enfrenta a la “montaña de supersticiones” del movimiento neonazi y a un profundo problema personal.

El Muro de Berlín fue construido en 1961. Crédito: AP

Schlink, ex abogado y profesor universitario, escribe de forma clara, concisa y, en ocasiones, colorida. Centrándose en los detalles aleatorios que dan vida a sus personajes, nos lleva a conocer su entorno: la alegría de una espectacular puesta de sol, la belleza de la cuarta sinfonía de Brahms, el íntimo placer de amasar, el tentador aroma. cocineros

Pero junto con la inmediatez emocional de estas experiencias, también sienta una base ligera para sus vidas. Mientras explora las rutinas que gobiernan la vida diaria de sus personajes, para bien o para mal, explora cómo les afecta la unificación del país, los valores que sostienen y lo que hacen mal, estudia detenidamente el miedo.

Aunque la historia de Alemania, las crisis actuales y las condiciones geográficas de la novela se presentan como telón de fondo para sus actividades diarias, tienen un efecto formativo en todos los personajes, forman opiniones contradictorias sobre sus relaciones entre sí y su visión del mundo. el mundo

Lo que los une es su humanidad atribulada y los cambios que son tan inevitables para cada uno de ellos como su próximo aliento. Algunos son capaces de adaptarse a las nuevas condiciones que encuentran; otros no lo son. Algunos podrán corregir sus errores; otros no pueden.

A veces Kaspar no se diferencia de su creador, Bernard Schlink.

A veces Kaspar no se diferencia de su creador, Bernard Schlink.Crédito: Leonardo Sendamo

Lo que impulsa la novela es un fuerte impulso humanista que es evidente en toda la obra de Schlink, lo que genera simpatía por sus personajes principales. Kaspar y Sigrun comparten la página en su forma más conmovedora y convincente, su relación encarna una apreciación genuina de la experiencia de ser abuelo y una fuerza vital positiva. Y es un recordatorio de que incluso los neonazis y los de su calaña tienen creencias sencillamente horribles.

La prosa de Schlink es directa y reflexiva. Aunque escribe en tercera persona, a veces él y Caspar parecen inseparables, el personaje atento a los temas que pasan por la mente de su creador. “Quería tener hijos”, escribe Schlink sobre Kaspar. “Ahora tenía un nieto. Y ahora que la tenía, tenía que cuidar su alma. Él se rió. Alma de Sigrun, alma alemana… ¿Por qué me lo permito?

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Como en su preciado trabajo como escritor, Schlink ve el viaje de Caspar al pasado mientras lidia con las cuestiones que plantea para el presente. Dudando de sus creencias, nuevamente parece hablar en nombre del autor de su historia: “Amo a mi país. Me alegro de hablar su idioma, de entender a su gente, de que me resulte familiar. No necesito estar orgulloso de ser alemán; Es suficiente que esté feliz por ello”.

En un corazón dolorido, Nieto Es una historia nacional que nos lleva de Berlín a Brisbane y finalmente encuentra nuestro camino a través del laberinto moral hacia una esperanza al menos calificada.

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