CIUDAD DE MÉXICO — Hace 35 años, cuando era un punk adolescente, José Luis Escobar Hoyos quería mostrarle a su madre que su estilo de vida no se trataba solo de usar cadenas y clavos y escuchar música alta y de ritmo rápido.
Entonces inició un proyecto llamado Kings Punks, donde recolectaba y distribuía juguetes para niños de la calle en el Día de Reyes, también conocido como Reyes, cuando los niños en México suelen recibir regalos de los Reyes Magos.
“Los fundamentos del punk son el apoyo mutuo y la solidaridad”, dijo el hombre de 50 años el domingo por la noche mientras la colecta de regalos estaba en pleno apogeo.
A lo largo de los años, muchos voluntarios se han sumado a sus esfuerzos. Punks vestidos con camisetas negras, botas negras y piercings brillantes de sus bandas favoritas salieron a primera hora del lunes a las calles de la capital mexicana para repartir patinetas, dinosaurios y otros regalos a los niños.
“La relación con los niños y cómo vincularse con ellos y apoyarlos no tiene precio”, dijo Escobar, conocido localmente como El Picos. “Cuando le decimos a la gente: no queremos diplomas, reconocimientos ni nada más. Somos punks y por eso lo hacemos”.
En los últimos años, Escobar se ha expandido más allá de donde se sabe que las familias mexicanas viven en las calles para incluir algunos de los campamentos de inmigrantes de la Ciudad de México.
El luchador de lucha libre Peter Punk, vestido con medias negras y una máscara verde y blanca, participó en combates cortos en la acera en cada parada. Los voluntarios también atan una piñata llena de dulces para que los niños la golpeen.
Uno de los voluntarios es el zapatero Marcos Grande. Este año trajo siete pares de botas para regalar.
“La satisfacción de los niños, traerles regalos, ser felices que muchos niños no tienen, cogerlo, que a veces no llega, no hubo tres reyes, pero ahora está aquí, da satisfacción. Amigos, la banda , los punks”, dijo.
