‘Villancico’ australiano en la Abadía de Westminster

El coro, que ganó el Concurso Internacional de Coros Cristianos del año pasado, se encuentra en una importante gira europea esta semana en la que han realizado residencias en la Abadía de Londres, la Catedral de San Pablo, la Catedral de Canterbury y servicios de vísperas del ministro de York. La próxima semana están previstas representaciones de Saint-Sulpice, La Madeleine y Saint-Eustache en París.

Acompañado por el renombrado organista David Drury, el coro de 32 miembros ha actuado frente a miles de fieles en las iglesias más famosas del mundo más de una vez al día.

El organista David Drury (izquierda) actúa con el coro en la Catedral de San Pablo en Londres.Crédito: Jim Winslet

Elinor Trevelyan-Jones, de 19 años, dijo que cantar en la Abadía de Westminster era especial para ella porque su padre, Warren, fue miembro de tiempo completo del coro durante varios años antes de que ella naciera. Mientras estudiaba arte en la Universidad de Sydney, dijo que la gira de dos semanas era “cosa de sueños”.

“Es como un hobby para mí, no soy un profesional, y la mayoría de nosotros tampoco lo somos, así que es genial tener esta oportunidad”, dice.

El coro está formado en su mayoría por estudiantes universitarios, y Stevens dice que el grupo, con una edad promedio de 20 años, está formado por miembros que estudian desde derecho hasta ingeniería y “tienen una verdadera pasión por el canto”. El coro ensaya y actúa semanalmente durante todo el año y participa principalmente en cantar vísperas en la capilla de la universidad.

Stephen, de 29 años, admite que quedó impactado por la reverberación de nueve segundos cuando el coro actuó por primera vez en St. Paul.

El coro ha sido invitado a realizar servicios durante su residencia en las catedrales más importantes de Europa.

El coro ha sido invitado a realizar servicios durante su residencia en las catedrales más importantes de Europa.Crédito: Jim Winslet

“Realmente no se parece a nada más”, dice. “Terminábamos un acorde y luego lo oíamos bajar, bajar, bajar antes de que se detuviera… teníamos que acostumbrarnos un poco a la diferencia en la acústica”.

Dijo que sintió inquietud inicial por parte de varios presentadores que “no sabían qué esperar de un coro al otro lado del mundo”. Pero estaba seguro de que siempre ganarían.

“Para un grupo de jóvenes de 19 y 20 años apasionados por la música coral litúrgica, poder compartir eso en el escenario mundial es algo único”, dice.

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