Un niño pequeño podría haberse desplomado en el volcán Kilauea de Hawái el día de Navidad si no hubiera sido por la rápida reacción de su madre, dijeron las autoridades.
El Así lo informó el Servicio de Parques Nacionales. El niño declaró que escapó de su familia en Kilauea Overlook y se escondió a través de una barrera que bloquea a los espectadores del volcán antes de correr hacia el borde de un acantilado de 400 pies.
“Su madre gritó y logró atraparlo a pocos metros de una caída fatal”, dijo el NPS. – Se evitó el desastre, la familia conmocionada se fue.
El Servicio de Parques instó a los visitantes a mantenerse alejados de la carretera y de las áreas cerradas y a mantener a los niños cerca, especialmente cuando vean el volcán a lo largo del Crater Rim Trail.
“Aquellos que ignoran las advertencias, pasan por alto las señales de cierre, pierden a sus seres queridos y se esconden en espacios cerrados para verlos más de cerca corren un mayor riesgo”, dijo el NPS en un comunicado.
“Los peligros asociados con las bengalas son peligrosos y contamos con medidas de seguridad, incluidas áreas cerradas, barreras, señales de cierre y control de tráfico”, dijo la superintendente del parque, Rhonda Loh. “Su seguridad es nuestra mayor preocupación, pero contamos con que todos asuman la responsabilidad. Los parques nacionales muestran el esplendor de la naturaleza, pero no son patios de recreo”.
El Kilauea comenzó a hacer erupción nuevamente el lunes y está en una segunda pausa, dijo el NPS, agregando que podría volver a hacer erupción en cualquier momento y que las emisiones de gases tóxicos siguen siendo altas.
El volcán del Parque Nacional de los Volcanes de Hawaii, en la Isla Grande, está en erupción desde 1983 y es uno de los volcanes más activos del mundo. La lava arrojó más de 200 pies después de que comenzó a hacer erupción el lunes.
Hasta este mes, sus últimas erupciones fueron en junio y septiembre, dijo Ken Hahn, científico jefe del Observatorio de Volcanes de Hawai. Decenas de casas quedaron destruidas y miles de personas se vieron obligadas a huir tras la explosión de 2018.