Jueves 26 de diciembre de 2024 – 09:08 WIB
Damasco, vivo – La caída del régimen de Assad el 8 de diciembre supuso un verdadero alivio para el pueblo y la economía sirios.
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La caída del régimen no sólo eliminó fuerzas opresivas como el ejército, la policía y la mafia, sino que también marcó el comienzo de un nuevo capítulo económico, dicen los sirios.
Bajo el nuevo gobierno, se han levantado las estrictas restricciones al comercio de divisas, que antes se castigaban con hasta siete años de prisión, junto con fuertes multas.
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Según la declaración del gobierno, se flexibilizaron las regulaciones de exportación e importación y los salarios de los empleados del presupuesto aumentaron en un 300 por ciento. Los bancos han reabierto e incluso las largas colas en los cajeros automáticos de Damasco se han convertido en algo habitual.
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Los precios de bienes como la harina, el azúcar y el combustible comenzaron a bajar. Bajo Assad, los soldados, a quienes se les pagaba 35 dólares estadounidenses (570.000 rupias) al mes, actuaron como mafiosos, extorsionando a ciudadanos y empresas.
Cuando los regímenes están en el poder, sus altos funcionarios monopolizan bienes clave y elevan los precios mediante sobornos y esquemas del mercado negro.
“Desde el 8 de diciembre, todo ha cambiado 180 grados”, dijo Wisam Bakdash, gerente de tercera generación de Bakdash Ice Cream en el popular zoco Al-Hamidiyah.
“Los ciudadanos compran cuando están felices, pero el miedo no quiere que compren. Ahora la seguridad económica, la sociedad e incluso sus rostros han cambiado, sus rostros que solían ser sombríos ahora sonríen”, dijo Bakdash a Anadolu.
Señaló que la eliminación de las restricciones cambiarias hizo que los precios cayeran y que artículos de primera necesidad como el azúcar y el jugo se abarataran.
Añadió que figuras vinculadas al régimen anterior controlaban estos bienes para aumentar los precios y obtener beneficios personales.
Con la mejora de la situación económica en Siria, el bazar Al-Hamidiya, construido durante el período otomano, volvió a estar abarrotado. Los carteles de las tiendas anuncian ahora el cambio de moneda en dólares, euros y liras turcas, mientras que los vendedores ambulantes buscan clientes potenciales.
Si bien portar moneda extranjera solía ser un delito castigado con prisión, ahora es algo común y los sirios pueden comerciar dinero abiertamente en el mercado.
En el bazar se exhibió una pancarta que celebraba la independencia de Siria, mientras que el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Damasco fue decorado con adornos navideños.
Se vio a personas saliendo de la iglesia vestidas con trajes coloridos, añadiendo una atmósfera vibrante a la ciudad.
La recuperación económica también es visible en las prácticas empresariales. Las cajas registradoras, que alguna vez fueron raras, ahora son omnipresentes en tiendas y mercados.
Mientras que 5.000 liras (8.000 rupias), el billete más grande de Siria, sólo alcanzan para comprar medio litro de agua, los sirios suelen llevar fajos de billetes para las transacciones diarias. Si bien las tarjetas de débito funcionan, las altas tarifas de las cuentas impiden que muchas personas las utilicen. (hormiga)
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Cuando los regímenes están en el poder, sus altos funcionarios monopolizan bienes clave y elevan los precios mediante sobornos y esquemas del mercado negro.