(Bloomberg) — Las fuerzas respaldadas por Turquía tienen como objetivo arrebatar más territorio a los grupos kurdos en el norte de Siria, una medida que podría desencadenar un conflicto con Estados Unidos, según funcionarios turcos familiarizados con el asunto.
Se dice que el Ejército Nacional Sirio, financiado y asesorado por Turquía y Ankara, está aprovechando la caída del régimen de Assad. El SNA probablemente intentará capturar las áreas predominantemente kurdas al oeste de Ain al-Arab, también conocida como Kobani, dijo la gente, que no estaba autorizada a hablar públicamente.
Desde finales de noviembre, el SNA ha arrebatado dos ciudades del noroeste a las Fuerzas Democráticas Sirias, un grupo kurdo que es un aliado clave de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico.
La acción militar tras la caída del líder sirio Bashar al-Assad está en consonancia con los objetivos a largo plazo del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Erdogan quiere crear una zona de amortiguamiento en la frontera turco-siria y evitar la infiltración de combatientes kurdos, que Ankara considera una amenaza.
Si bien la administración de Joe Biden ha dicho poco al respecto hasta ahora, algunos senadores han amenazado con sanciones contra Turquía si no pone fin a la campaña del SNA.
“Si Turquía no acepta estas condiciones inmediatamente, tenemos la intención de introducir una legislación bipartidista de sanciones esta semana”, dijeron el martes los senadores Chris Van Hollen, demócrata, y Lindsey Graham, republicano.
En un discurso esta semana, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, elogió a Turquía y a Erdogan, diciendo que el país sería un actor clave en la configuración del futuro de Siria. No hizo comentarios sobre el SNA y las fuerzas kurdas.
El objetivo final de Turquía es capturar completamente la zona fronteriza entre Siria y Turquía, que se extiende más de 900 kilómetros (560 millas) desde el SNA hasta Irak, pero eso será difícil, dijeron las personas. La gente dice que el SNA ya está siendo frenado por las minas terrestres colocadas por las fuerzas kurdas en la orilla oriental del Éufrates.
La medida del SNA comenzó cuando el gobierno de Assad comenzó a desmoronarse ante el avance de otro grupo rebelde conocido como Hayat Tahrir al-Sham sobre Damasco. Actualmente, HTS controla la capital y otras ciudades importantes, incluida Alepo.
Turquía dice que apoya el objetivo del EI de eliminar a las fuerzas kurdas. HTS no ha comentado públicamente sobre esto.
En 2014, los grupos kurdos repelieron una ofensiva del Estado Islámico que duró una semana en Kobani, y Estados Unidos les envió armas por vía aérea. La ciudad de Kobani podría volver a ser un punto de conflicto entre los kurdos y los combatientes respaldados por Turquía.
Turquía considera que las fuerzas kurdas YPG, la facción líder dentro de las SDF, son una rama del PKK. El PKK ha estado luchando por la autonomía en el sureste de Turquía desde 1984 y está designado organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, mientras que las YPG no lo son.
Turquía ha sugerido anteriormente a Estados Unidos que las fuerzas turcas y estadounidenses pueden ser la vanguardia en la lucha contra el Estado Islámico en Siria.
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