Como político, Kavelashvili es conocido por su oposición a Estados Unidos y en 2022 fundó su partido euroescéptico de derecha People Power.
Acusó a Zurabichvili de “abusar” de sus poderes como presidente al convertirse en una figura de la oposición.
“Mi prioridad es restablecer la institución de la presidencia de acuerdo con la Constitución”, afirmó.
En Georgia, el presidente representa a Georgia en viajes al extranjero, pero puede oponerse a la legislación parlamentaria.
Georgia, un antiguo estado soviético en el sur del Cáucaso, se ha convertido en un campo de batalla ideológico entre el Kremlin y Occidente y ha estado sumido en la agitación durante todo el año.
La oposición pro occidental convoca a nuevas elecciones en octubre, que ganó el gobierno del “sueño georgiano”, calificándolas de manipuladas por el Kremlin.
Los observadores electorales europeos dijeron que estuvo plagado de casos de soborno, doble votación e intimidación física.
Desde entonces, las protestas han continuado en el país y la oposición ha boicoteado el parlamento.
La Unión Europea también suspendió la adhesión de Georgia a la unión debido a su deserción al Kremlin y medidas enérgicas similares contra la libertad de expresión y los derechos LGBTQ+.
Kavelashvili se convertirá en el segundo exfutbolista georgiano en ocupar altos cargos en su país de origen.
Kakha Kaladze es el alcalde de Tbilisi, la actual capital del “sueño georgiano”. Jugó en Milán durante 9 años y en Georgia durante 15 años.
Los críticos acusan a Georgian Dream, fundada por el multimillonario ruso Ivanishvili, de volverse cada vez más autoritaria y pro-Moscú, acusación que el partido gobernante niega. El partido ha introducido recientemente leyes similares a las utilizadas por el Kremlin para reprimir la libertad de expresión y los derechos LGBTQ+.
Zurabichvili ha sido presidente desde 2018 y ha prometido permanecer en el cargo hasta que se celebren nuevas elecciones después de que finalice su mandato de seis años el lunes, describiéndose a sí mismo como el único líder legítimo.
La decisión de Georgian Dream el mes pasado de suspender las conversaciones sobre la candidatura de su país a la UE enfureció aún más a la oposición y avivó las protestas.