Ravens-Chargers requiere más explicación

Lo más destacado del partido Ravens-Chargers de anoche fue cuando se anuló una penalización por interferencia de pase.

El mariscal de campo de los Ravens, Brandon Stevens, hizo más que un contacto casual con el receptor de los Chargers, Joshua Palmer. Un funcionario que se encontraba a unos metros de la acción arrojó la bandera. Después del caucus, se izó la bandera.

El árbitro Carl Cheffers no hizo comentarios durante ni después del partido. En la transmisión se especuló que el pase se consideraba inalcanzable. Pero Cheffers no habló de eso.

Otra cosa es que un árbitro del otro lado del campo vea algo que el árbitro más cercano no ve. En este caso, alguien más vio algo que sirvió para convencer al funcionario con el punto de vista más cercano de que cambiara de opinión.

Cuando esto sucede, es importante explicarlo. Y si no se explica durante el juego, se debe explicar en el informe del grupo posterior al juego.

Los informes del grupo están disponibles a pedido. Uno de los reporteros presentes en el juego deberá iniciar el proceso realizando una solicitud. No sucede si no se pregunta.

¿Pero por qué los árbitros no están en presencia de los periodistas después de cada partido? No todos los miembros de la tripulación. Sólo el árbitro. Esto brinda una oportunidad para que los periodistas interesados ​​estudien sus notas y hagan preguntas potencialmente relevantes.

En una era de apuestas legalizadas generalizadas, la NFL debe dejar de encubrir a los árbitros. Deben estar preparados para explicar y defender sus decisiones. O sus decisiones se convirtieron en decisiones diferentes.

La interferencia de pase defensivo es la penalización más importante del juego. La posición de un área grande se puede cambiar instantáneamente. Ayer, los Chargers habrían pasado de la 48 de Baltimore a cinco. En cambio, los Chargers se enfrentaron en cuarta y 18.

Si no se hubiera levantado la bandera de penalización, los Chargers podrían haber reducido un déficit de 14 puntos a siete, con poco más de seis minutos por jugar y todavía tres tiempos muertos.

Se acabó el tiempo para que los cheffers simplemente anunciaran que no había faltas por interferencia de pase. Entonces todos necesitaban escuchar más. Y todo el mundo debería saber más después del partido, a través del informe del grupo.

Este tipo de transparencia debería convertirse en una parte estándar del juego.

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