La misión de las Naciones Unidas en Afganistán dijo el martes que los talibanes en el poder habían arrestado arbitrariamente a 256 periodistas hace tres años y pidió a las autoridades allí que protejan a los medios.
En respuesta al informe, el Ministerio de Asuntos Exteriores liderado por los talibanes negó que se hubiera detenido algún número de periodistas y añadió que los detenidos habían cometido un delito.
La misión de la ONU (UNAMA) y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU dijeron en un comunicado que los periodistas en Afganistán “trabajaron en condiciones difíciles”.
“A menudo se enfrentan a normas poco claras sobre lo que pueden y no pueden denunciar, y corren el riesgo de intimidación y detención arbitraria”, afirmó Roza Otunbayeva, Representante Especial del Secretario General Antonio Otunbayeva.
“Pedimos a las autoridades de facto que garanticen la seguridad de todos los periodistas y el personal de los medios en el desempeño de sus funciones y que reconozcan plenamente la importancia de las mujeres que trabajan en los medios”, añadió.
En su respuesta, el ministerio dijo que las mujeres continuarían trabajando en los medios sujetas a ciertas condiciones, como cubrirse la cara y trabajar separadas de los hombres.
Describió el informe de la ONU como “lejos de la verdad” y señaló que las fuerzas de seguridad estaban tratando de proteger a los periodistas. El Ministerio de Información de Afganistán no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
El Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que el número de detenciones era “exagerado” y que se realizaron de conformidad con la ley.
“Nadie será detenido arbitrariamente”, decía, enumerando las violaciones cometidas por los arrestados.
Estos van desde incitar a la gente a actuar contra el sistema, difamar al gobierno y presentar informes falsos e infundados, colaborar con enemigos del sistema en los medios y proporcionar material antisistema a los medios.
Los talibanes llegaron al poder en 2021 y prometieron restablecer la seguridad y una interpretación estricta de la ley islámica tras la retirada de las fuerzas extranjeras.
Su administración no está reconocida oficialmente por ningún gobierno extranjero, y los diplomáticos occidentales dicen que el camino hacia el reconocimiento se ha visto estancado por las restricciones de los talibanes a las mujeres.