El estado de Manipur, en el noreste de India, fue puesto en alerta después de que funcionarios del gobierno encontraran los cuerpos de seis mujeres y un niño, que pertenecían a la comunidad mayoritaria Meitei.
Los grupos Meitei afirman que fueron secuestrados por personas del grupo minoritario Kuki. Sin embargo, la policía no lo confirmó.
La noticia desató una nueva ola de protestas violentas durante el fin de semana, lo que llevó al gobierno a suspender los servicios de Internet en algunas partes del estado.
Los dos grupos étnicos han estado atrapados en un conflicto étnico mortal desde mayo pasado, que ha matado a 200 personas y desplazado a miles.
El sábado, los manifestantes saquearon e incendiaron las casas y oficinas de al menos una docena de miembros del MLA en el estado, en su mayoría del Partido Bharatiya Janata (BJP).
La policía arrestó a 23 personas en relación con la violencia y las autoridades impusieron un toque de queda indefinido y suspendieron los servicios de Internet en el valle de Imphal y el distrito de Bishnupur, dominados por Meitei.
Tras los disturbios, el gobierno federal envió personal de seguridad de alto nivel al estado. El ministro federal del Interior, Amit Shah, presidió el domingo una reunión de seguridad de alto nivel sobre la situación, pero el estado sigue en vilo.
Al menos 20 personas han muerto este mes en enfrentamientos entre los dos grupos étnicos, kukis y meites.
La tensión estalló el 7 de noviembre después de que miembros de un grupo armado violaran a una mujer Kuki y le prendieron fuego en el distrito de Jiribam del estado.
Cuatro días después, una comisaría de policía y un campo de socorro que albergaba a refugiados meitei en la zona fueron atacados. La mayor parte de la comunidad culpó a los grupos Kuki por el ataque.
Ese día, la policía mató a tiros a 10 presuntos militantes en lo que también se conoce como un “encuentro” en la India.
La policía sospechaba que los pistoleros eran militantes kuki, pero las organizaciones kuki lo negaron y dijeron que los hombres eran “voluntarios de la aldea” o civiles armados que protegían a la comunidad.
Seis residentes (una abuela, sus dos hijas y tres nietos) desaparecieron tras el ataque al campo de ayuda. Los grupos Meitei afirmaron que fueron secuestrados por hombres kuki armados cuando asaltaron la zona.
El viernes, se informó que la policía recuperó seis cadáveres y, aunque no han confirmado sus identidades, algunos medios indios han informado que se trata de los de los desaparecidos.
Los manifestantes y representantes de la sociedad civil de la región exigen que las autoridades pongan fin a la violencia y tomen medidas enérgicas contra los grupos armados.
Los enfrentamientos entre los Kukis y los Meiteis comenzaron en mayo del año pasado, provocados por las protestas de los Kuki contra la demanda de los Meiteis de que se les concediera el estatus tribal oficial, lo que les daría derecho a acción afirmativa y otros beneficios.
Desde entonces, el estado ha sido testigo de meses de violencia y disturbios, con sólo momentos de calma ocasionales.
Hoy en día, Manipur está dividida en dos campamentos: los Meiteis que viven en el valle de Imphal y los Kukis en las colinas circundantes. Fronteras y zonas de amortiguamiento custodiadas por fuerzas de seguridad separan las dos regiones.