Toda la provincia de Catanduan se quedó sin electricidad después de que la tormenta derribara árboles y postes de electricidad, y los equipos de gestión de desastres estaban comprobando cuántas casas resultaron dañadas además de las afectadas por tormentas anteriores, dijo.
“Además de alimentos, necesitamos techos de chapa y otros materiales de construcción. “Los pobladores dijeron que todavía no se han recuperado de la tormenta que pasó por aquí y que fueron derribados nuevamente por esta tormenta”, dijo Monterola. Casi la mitad de los 80.000 habitantes de la provincia de Arol se refugiaron en centros de evacuación.
Las autoridades de Catanduanes estaban tan preocupadas por la proximidad del tifón que amenazaron con arrestar a los aldeanos vulnerables si no cumplían las órdenes de evacuar a zonas más seguras. El funcionario de defensa civil César Idio y otros funcionarios provinciales dijeron que Man-yi y dos tifones anteriores obligaron a más de 750.000 personas a buscar refugio en refugios de emergencia, incluidas iglesias y un centro comercial.
Las raras tormentas y tifones que azotaron Luzón en tres semanas mataron a más de 160 personas, hirieron a 9 millones de personas y causaron tantos daños a comunidades residenciales, infraestructura y tierras de cultivo que Filipinas tal vez tenga que importar más. El arroz es el alimento básico de la mayoría de los filipinos. Mientras Man-yi se acercaba, el presidente Ferdinand Marcos Jr. pidió a su gabinete y a los funcionarios provinciales en una reunión de emergencia que se prepararan para el “peor de los casos”.
Según la Autoridad de Aviación Civil de Filipinas y la Guardia Costera, al menos 26 aeropuertos nacionales y dos aeropuertos internacionales fueron cerrados brevemente y se suspendieron los servicios de ferry y de carga entre islas porque cubren a los pasajeros.
Estados Unidos, un aliado de Manila en el tratado, junto con Singapur, Malasia, Indonesia y Brunei proporcionaron aviones de carga y otra ayuda en caso de tormentas para reforzar las agencias gubernamentales de respuesta a desastres. El mes pasado, la primera gran tormenta, Trami, se cobró varias vidas después de arrojar lluvias equivalentes a uno o dos meses en sólo 24 horas en varias ciudades.
Filipinas sufre cada año unos 20 tifones y tormentas. Sufre frecuentes terremotos y tiene más de una docena de volcanes activos, lo que lo convierte en uno de los países más propensos a sufrir desastres del mundo.