Tecnooptimismo y distopía: el equilibrio adecuado de IA para inventores e inversores

Nueva Delhi: El ataque de la inteligencia artificial ha polarizado a muchos, pero los innovadores, inventores e inversores coinciden en que su impacto se sentirá en todos los aspectos de la vida. Sobre todo, es importante identificar los beneficios y riesgos de la inteligencia artificial.

Vinod Khosla, cofundador de Sun Microsystems y fundador de Khosla Ventures, sostiene en una disertación sobre las filosofías de la IA en su forma actual que la innovación global y la inversión en IA crean una clara división entre enfoques distópicos y utópicos. A su vez, la filosofía impulsada por los innovadores determinará cómo se realizarán las inversiones en IA en las próximas décadas.

Khosla, un conocido empresario de Silicon Valley, fue uno de los primeros inversores en OpenAI de Sam Altman: invirtió 50 millones de dólares en la empresa tres años antes de que ChatGPT se hiciera público. El fondo también participó en la última ronda de 6.600 millones de dólares de OpenAI a principios de este año. Khosla también ha invertido en la startup india de IA generativa Sarvam.

Determinar dónde radica el argumento de la IA será crucial para determinar cómo los humanos innovan la tecnología, las barreras que utiliza y qué forma tomará en el largo plazo, dicen los expertos de la industria.

Refiriéndose a la posición utópica, Khosla dijo: “Imagínese una economía posterior a la escasez en la que la tecnología elimina las limitaciones materiales… y la escasez se vuelve obsoleta: la mayoría de los empleos desaparecen. Aun así, todavía tendríamos suficiente riqueza para pagar a los ciudadanos a través de la redistribución para que puedan permitirse un nivel de vida más alto que el mínimo actual”.

Aún así, en el otro extremo del espectro, Khosla señaló que los riesgos asociados con la innovación en IA son “reales pero manejables”.

“Mala IA inteligente”

“El debate actual se centra en el pequeño riesgo de una ‘IA mal inteligente’ en lugar del riesgo más obvio, que es perder la carrera de la IA ante estados-nación malos. Esto hace que la IA sea peligrosa para Occidente. Irónicamente, quienes temen a la IA y su capacidad para destruir la democracia y manipular sociedades deberían temer más este riesgo. Por eso no podemos perder contra China y necesitamos utilizar la IA en beneficio de toda la humanidad”, afirmó.

Los expertos y consultores de la industria dicen que este debate es un argumento necesario, uno que debería determinar la dirección de nuestra innovación.

Jayanth Kolla, fundador de la consultora tecnológica Convergence Catalyst, dijo: “Al igual que la innovación temprana del fuego, la falta de debate sobre la seguridad contra incendios podría haber llevado a un rápido desarrollo tecnológico. Lo mismo se aplica a la energía nuclear y determina si podemos utilizarla para recursos limpios o para la guerra. Por eso es importante establecer una política que nos diga qué innovación está permitida y qué puede tener un impacto negativo en nosotros”.

Jaspreet Bindra, fundador de la consultora de tecnología AI&Beyond, estuvo de acuerdo y señaló que el argumento de Khosla sienta las bases para el camino de la IA hacia la superinteligencia o, como comúnmente se la llama, inteligencia artificial general (AGI).

“La idea general de lo que la IA podría convertirse en una distopía es la base para diseñar nuestros propios semáforos que regularán el flujo de la IA futura. Esto nos ayudará a diseñar cuál debería ser la idea definitiva de AGI o superinteligencia, no necesariamente para reemplazar a los humanos en este viaje evolutivo, sino para complementar nuestro papel en el trabajo”, dijo Bindra.

Kolla también señaló que la clave para ver el futuro de la innovación en IA radica en el camino que han recorrido las revoluciones humanas. “Hemos pasado de la revolución industrial a la revolución de la información. Nuestro trabajo hoy implica el uso de información y conocimiento para definir el trabajo tal como lo conocemos hoy. En el futuro, a medida que continúe la evolución de la inteligencia artificial, buscaremos aprovechar la inteligencia emocional de los humanos, donde nuestra cognición desempeñará papeles más importantes en la sociedad. Las máquinas, a su vez, tendrán poderes de toma de decisiones mucho mayores que las directrices actuales”.

IA para crear empleos

Khosla en su “IA: ¿Distopía o utopía?” planteó esta idea en su ensayo titulado Khosla destacó la evolución de los empleos y afirmó que en los próximos cinco a veinte años, “la IA podría crear nuevos empleos que ni siquiera podemos imaginar ahora”. Pero a largo plazo, la IA eliminará la mayoría de los “empleos” porque el trabajo se define como una profesión u ocupación que uno debe ejercer para satisfacer sus necesidades y su estilo de vida.

Eso es exactamente lo que los líderes de la industria destacaron la semana pasada en el camino hacia AGI. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, señaló que la superinteligencia está a solo unos miles de días de distancia, mientras que el cofundador de Anthropic espera que surja alguna forma de AGI para 2026. Sin embargo, la IA tampoco vislumbra un futuro en el que los humanos no participen.

Khosla explicó esto con más detalle: “Necesitamos redefinir lo que significa ser humano. Esta nueva definición debe centrarse no en la necesidad de trabajo o productividad, sino en las pasiones, imaginaciones y actitudes que permiten una interpretación individual de la humanidad”.

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